El tabaco es adictivo debido principalmente a su componente activo, la nicotina, que actúa sobre el sistema nervioso central. El fumador sufre una dependencia física y psicológica que genera un síndrome de abstinencia, denominado tabaquismo. La nicotina genera adicción, pero tiene efectos antidepresivos y de alivio sintomático de la ansiedad.
La mayoría de los fumadores inician este hábito por razones sociales: el reconocimiento, la aceptación de los demás, la rebelión frente a las prohibiciones. El tabaco como medio de sociabilización es una idea impuesta, en gran parte, por el cine y la publicidad. Las grandes estrellas del cine norteamericano fumaban en las películas y promocionaban el consumo del tabaco en la publicidad.
Factores que determinan la Iniciación:
Sociales:
- Imitación de conductas de aceptación social.
- Exigencias del grupo de pertenencia en la adolescencia.
- Modelo familiar (padres y abuelos).
- Aceptación social del consumo.
- Desarrollo de habilidades sociales.
-Problemas de afrontamiento.
- Disponibilidad.
- Publicidad.
Personales:
- Sistema de necesidades, valores y actitudes.
- Efectos psicológicos y fisiológicos de los primeros cigarros.
- Extroversión.
- Creencias tabaco-salud.
- Edad.
- Sexo.
- Formación de la autoestima y el concepto de auto eficacia
TABAQUISMO Y SOCIEDAD
Llama la atención que, nuestra sociedad, que ha dado muestras de reacción rápida, a veces incluso alarmista, ante cualquier potencial amenaza de la salud pública, como los brotes de meningitis, las «vacas locas», los alimentos contaminados, o los accidentes de tráfico, permanece impasible !paradójica mente! ante los problemas que causa el consumo de tabaco, de mucha mayor magnitud. Las razones que explican por qué el problema del tabaquismo no se percibe, en toda su magnitud y gravedad, son diversas. Entre ellas, destaca la tolerancia social hacia un consumo culturalmente arraigado, así como el dilatado periodo de tiempo que transcurre entre el inicio del consumo de tabaco y la manifestación de los efectos sobre la salud de los fumadores, aspectos que explican parcialmente la falta de percepción social del problema y la indefensión de la sociedad respecto al tabaquismo.
Para hacer frente a este problema necesitamos líderes, sociales y de opinión, que nos saquen del letargo social en el que estamos inmersos; que se cree un clima social, sensible al debate de las consecuencias que acarrea el consumo de tabaco; y que la sociedad adopte una actitud, crítica y exigente, frente a este problema. El tabaquismo debe entrar a formar parte de la agenda política de nuestro país. Como señala el convenio marco de la OMS para el control del tabaco, el abordaje de la epidemia mundial del tabaquismo es fácil: sólo se necesita la voluntad política de los gobernantes.
ÉTICA Y VALORES ll